Según la masajista y experta en kinesiología Isabelle Gambet-Drago, formadora de masajes para bebés, todos los padres masajean a sus hijos de forma natural. Isabelle nos invita a conocer algunos masajes para nuestros pequeños: un masaje para hombros y otro para el cuero cabelludo del bebé.
Consejos para dar un masaje a tu hijo
Cuando llevamos a nuestros hijos en brazos, inconscientemente, los estamos masajeando. Compartimos con ellos los movimientos que nos salen de dentro», subraya Isabelle GambetDrago. No hay que tener miedo: si está bien atento a las sensaciones del niño, el adulto no puede hacer daño a su pequeño. «No debemos empeñarnos en conseguir el masaje perfecto, con un resultado inmejorable», tranquiliza Isabelle. «Nuestro tacto, ante todo, refleja una postura y una actitud interiores.»
En la edad de Popi, los niños están en la fase de descubrimiento del mundo y no siempre tienen ganas de recibir un masaje. Si el niño no quiere, no hay que insistir, sino proponérselo en otra ocasión. «Si está inquieto, es aconsejable darle algo para que lo tenga en las manos y pueda focalizar su atención. Además, el niño se sentirá más cómodo si está sentado o tumbado sobre una toalla.
También hay que decirle que si se va, será la señal de que ya se ha cansado y el masaje terminará». En un cuarto tranquilo y, si se le da directamente sobre la piel con una crema grasa «que huela bien» –el principal criterio de elección de los niños–, el padre o la madre puede empezar el masaje adaptando sus movimientos al ritmo del pequeño. Si está nervioso, conviene empezar el masaje sentado, con movimientos un poco más vigorosos y rápidos e ir suavizándolos poco a poco… hasta que se relaje. Y nosotros con él.
Masaje de los hombros del bebé
Pon las dos manos en los hombros del niño con los pulgares sobre los omóplatos y los dedos apoyados en las clavículas. Masajea los hombros del pequeño: si está muy activo, empieza de forma más rápida –sin apretar– y ve ralentizando poco a poco los movimientos. Baja despacio por los hombros sin perder el contacto. Al volver a empezar el movimiento desde el cuello, alterna una y otra mano para no perder el contacto en ningún momento.
Masaje del cuero cabelludo
Masajea el cuero cabelludo con los dedos, como si estuvieras esparciendo champú. Puedes presionar muy suavemente para mover la piel sobre el cráneo. A continuación, masajea las sienes y la frente del niño con los pulgares mientras continúas el masaje del cuero cabelludo con los demás dedos.