¡Nunca antes se habían hecho tantas fotos de los hijos! ¿Cómo lo viven ellos? ¿Estamos exponiéndolos demasiado? El psicoanalista Serge Tisseron responde a nuestras preguntas en torno al momento en el se reconoce el bebé en una fotografía y qué impresión puede tener.
¿A partir de qué edad se reconoce el niño en una foto?
Hacia los 2 años (más o menos) el niño empieza a reconocerse en el espejo. La operación es simple: la imagen es dinámica, son sus propios movimientos los que le dan las pistas.
Luego, se identifica en una foto: es menos evidente, porque la foto congela una expresión que tal vez el niño no (re)conozca. En el espejo, la imagen reflejada está en movimiento, pero invertida; en la foto, es un imagen fija. Eso puede hacerle creer que son dos personas diferentes, sobre todo si su cara es un poco asimétrica.
Para ayudarle a reconocerse, es importante que los padres señalen la imagen del niño en la foto y digan: “El de la foto eres tú”.
¿Qué sensación causa en el niño verse en una foto?
Es importante que eso le ayude a elaborar una representación unificada de sí mismo. Hasta entonces, el niño se veía más bien trozo a trozo: sus manos, sus pies, su cara… En una foto, sobre todo si está de pie, ve que es de una sola pieza, que es uno. Las fotos en las que aparece con otras personas le ayudan a comprender que es diferente de los demás y que es único; una persona en toda regla. Luego, él mismo se señalará en la foto y dirá “yo” o su nombre.
¿Fotografiarlo puede ayudar a que adquiera confianza en sí mismo?
No me parece el mejor modo, es preferible valorarlo de forma cotidiana por sus logros. Si se hacen demasiadas fotos a un niño, puede pensar que sus padres prefieren la imagen que la realidad.
Colgar fotos de nuestro hijo por todas las paredes o tenerlas en las pantallas del ordenador y del teléfono tampoco es la mejor idea. Porque entonces crece considerando que lo que prima es la imagen y que no podemos vivir sin exponerla. Y eso le puede llevar a convertirse en un pequeño comediante que, más tarde, solo busque interlocutores que le valoren por su apariencia y no por lo que realmente es. Una actitud que no sería nada recomendable.
¿Cómo evitar que su imagen primer sobre lo que él es?
Por ejemplo, los padres pueden decidir frenar su entusiasmo fotográfico y reservar las fotos para determinadas ocasiones: su cumpleaños, una fiesta familiar, las vacaciones, un espectáculo en el colegio… Y en lugar de colgar la foto del niño por todas partes, deben destacar sus obras (dibujos, pinturas). Entonces, el mensaje está claro: “Te queremos por lo que haces, no por tu imagen”.
¿Los padres deberían pedirle permiso para fotografiarlo y exponer sus fotos?
Antes de los 4 años, es un poco pequeño para comprenderlo. Pero es un comportamiento que hay que adoptar lo antes posible para que vea que es él el que decide lo que quiere hacer con su imagen.
Y cuando tenga edad de utilizar una cámara de fotos, podemos darle una para que fotografíe a sus padres: entonces se impondrá una reciprocidad y el niño ya no tendrá que someterse a los plenos poderes fotográficos de sus padres.
Declaraciones de Serge Tisseron recogidas por Isabelle Gravillon.