A la vuelta del verano, es frecuente que el bebé tenga que adaptarse a una nueva cuidadora o descubrir el colegio. No viene mal tener en cuenta algunos consejos para que la transición sea más llevadera, tanto para el niño como para los padres. Así es cómo podemos preparar al bebé para el cambio de rutina tras el verano.
Cambio de rutina tras el verano: ¿cómo ayudar al bebé?
Pablo estaba muy unido a su antigua cuidadora; y no nos gustaba nada la idea de separarlo de ella e imponerle una nueva. Pero nos habíamos mudado de casa y no teníamos muchas opciones… Habríamos tenido que invertir demasiado tiempo en transporte y no nos parecía razonable…», cuenta Lorenzo, papá de Pablo, de 18 meses. Es normal sentir cierta culpabilidad, dudas o arrepentimiento por haber provocado un cambio en las personas de referencia del pequeño. ¡Pero igualmente es primordial no dejarse llevar por estos sentimientos! Demasiadas dudas pueden acabar generando ansiedad, tanto en los adultos como en el niño. «Una vez que se ha tomado la decisión y se han valorado las ventajas y los inconvenientes, es mejor no mirar atrás y centrarse en apoyar al niño en esta nueva fase de adaptación», explica Anne Bacus, psicóloga infantil.
Confiar en las posibilidades del bebé
Para tranquilizaros, debéis saber que vuestro hijo tiene sus propios recursos para afrontar el cambio. Al quedarse con su antigua cuidadora o en el colegio, ya ha vivido la experiencia de la separación: ya sabe que puede separarse de papá y mamá por la mañana y volver con ellos por la tarde sin sentirse aban donado. Esta vivencia lo acompaña y le será de gran ayuda en esta nueva etapa. En efecto, tendrá que adap tarse a una nueva personalidad; pero también en este punto, ya sabe que puede vincularse afectivamente a al guien externo a la familia, y que esa relación puede ser estupenda.
Por otra parte, al niño le resultará más fácil «adoptar» a su maestra o a su nueva cuidadora si habéis tratado con delicadeza su separación de la antigua: ¡no se la puede borrar de un plumazo, como si nada! Por ejemplo, podéis hacerles una foto juntos el último día, para que el pequeño pueda mirarla de vez en cuando y sentir que su «querida Alicia» no ha desaparecido, sino que ahora forma parte de su historia… y eso resulta muy tranquilizador.
No descuidar la semana de adaptación del bebé
Antes de la semana de adaptación, las vacaciones de verano deben ser un paréntesis durante el cual el pequeño haga provisión de seguridad interior y confianza en sí mismo. «Las vacaciones son un momento importante para fortalecer nuestra complicidad con Pablo, compartir actividades con él, animarlo en sus logros, demostrarle aún más nuestro cariño que en el ajetreo cotidiano…», dice Sonia, la mamá de Pablo, que es un buen ejemplo de pequeño pertrechado para afrontar de la mejor manera posible su nueva rutina.
Y, aún así, a la vuelta de las vacaciones, conviene prever cuidadosamente el tiempo que, durante la primera semana, va a pasar en el colegio o con la nueva cuidadora, ¡da igual si ya habéis pasado por esto el curso anterior! «Compartiendo tiempo con el niño en su nuevo entorno, los padres lo impregnan de su presencia, le demuestran que se sienten a gusto y que están de acuerdo con el lugar y con las personas que hay allí. De esta manera, el niño se siente autorizado a ocuparlo y a ser feliz en él», subraya Anne Bacus. También es la ocasión para los padres de empezar a crear un vínculo con los profesionales a quienes confían el cuidado de su hijo… ¡y que también llegarán a formar parte de su historia!
Texto: Isabelle Gravillon