Disfrutas con cada gesto de asombro de tu hijo o tu hija ante las luces, la música, el bullicio… Pero ¿cómo vive los preparativos de la Navidad en su día a día y en el colegio? Sophie Zylberman, maestra de Infantil, nos cuenta cómo percibe el bebé sus primeras navidades.
Las primeras navidades del bebé
Los niños más pequeños viven el momento, el presente, aún no tienen interiorizada la noción de tiempo. Pero, por supuesto, perciben el ambiente que se va creando a su alrededor, día a día: un árbol en el salón que da un nuevo aspecto a la casa; una gran guirnalda de luces en la calle; escaparates que se iluminan, una canción de Navidad aprendida en el colegio… Estos cambios tienen para ellos el encanto de lo nuevo. El niño los capta rápidamente, pero no los asocia a un acontecimiento en particular. En el colegio, hablamos de todas estas novedades y es una buena ocasión para aprender también nuevas palabras relacionadas con este periodo del año. Sin embargo, tenemos en cuenta las diferencias entre familias: dependiendo de la cultura, la Navidad puede celebrarse o no. Para el niño, una fiesta se traduce, en primer lugar, en cómo la prepara su familia, en cómo habla de ella y cómo la vive.
Navidad: un ambiente sorprendente para el bebé
Los preparativos de la Navidad están muy presentes en el entorno, y los niños se «sumergen» en el nuevo ambiente. Se sienten atraídos por todo lo que brilla y disfrutan con los juegos de luces: los reflejos en las bolas del árbol, el parpadeo de las bombillitas… Nosotros ponemos a la entrada de la escuela un árbol decorado por los padres. Cada mañana, los niños pueden tocarlo y observar si hay nuevos detalles. Esta atracción por la luz la observamos también en las fiestas de cumpleaños: lo que más les gusta es el momento de encender las velas, que miran con fascinación hasta que se apagan.
El placer de estar con tu bebé en Navidad
Antes de irnos de vacaciones, organizamos una fiesta con merienda y espectáculo. Los niños están felices de compartir ese rato con sus padres, en un ambiente alegre y relajado. En casa, la Navidad es también una ocasión para reunirse con la familia, con las personas queridas. Un momento especial.
Una inmensa curiosidad
En la última fiesta de la escuela, actuó una cuentacuentos: manejando unas marionetas, contó la historia de unos animalitos en la nieve. Me quedé impresionada al ver lo concentrados que estaban los pequeños: se les veía maravillados en el regazo de sus padres, estirando el cuello para ampliar el campo de visión. Otros, que aún no sabían andar, gateaban hasta el escenario para tocar el decorado. Recuerdos Después de las fi estas, los niños nos hablan del libro que les han traído los Reyes Magos, del villancico que les enseñó su abuelo… En el caso de los más mayores, que ya han vivido dos o tres navidades, vemos cómo se empieza a desarrollar una memoria personal de los acontecimientos vividos.