El inicio de la Escuela Infantil: una separación difícil
Para muchos niños, el inicio del primer curso del segundo ciclo de Educación Infantil es el momento en el que se separan de sus padres por primera vez para adentrarse en un mundo que no comparte con ellos.
Listo para crecer
A los tres años, el niño es capaz de dar este paso, como explica la psicóloga Myriam Rasee: “Ha interiorizado suficientemente a sus padres, sabe que le proporcionan seguridad, por lo que ya es capaz de separarse de ellos, de desear conquistar una cierta independencia y de tener interés por salir del círculo familiar para ampliar sus experiencias y sus conocimientos fuera de él”.
Todo depende de sus costumbres
Sin embargo, la intensidad de esa separación es más o menos fuerte dependiendo de si el niño ha permanecido hasta ese momento con sus padres o si ha asistido al primer ciclo de Educación Infantil. En este segundo caso, el pequeño ya está acostumbrado a separarse de su madre y ha experimentado la “permanencia de los padres”, lo que le da seguridad, porque sabe que siempre vuelven a buscarlo al final de la jornada.
¿Un entorno familiar o totalmente desconocido?
Si el niño tiene un hermano mayor, su desembarco en el colegio suele ser fácil, porque el entorno le resulta familiar. Ya conoce las instalaciones porque ha acompañado a su hermano o ha asistido a las fiestas del centro escolar. En cambio, cuando es el mayor, hay que estar especialmente atento, sobre todo si la entrada en el cole coincide con la llegada de un hermanito, porque ese nacimiento lo desestabiliza y puede acentuar el miedo al abandono.
Entre desconocidos
Cuando el pequeño llega a su clase, los demás niños le interesan y le atraen, pero, al mismo tiempo, la colectividad también le asusta. En medio de esos espacios tan grandes y desconocidos que son el edificio del colegio, el patio de recreo o el comedor, y entre todas esas caras que no ha visto jamás, tiene miedo de “diluirse”, de perder su individualidad.
Por eso en la Escuela Infantil se da mucha importancia a los signos de identificación de los niños: sobre la percha de cada uno está su foto, un dibujo o un símbolo; cada cual tiene su sitio en el comedor, su cama para dormir la siesta o su “peluche del colegio”.
Un descubrimiento progresivo
El descubrimiento de este mundo totalmente nuevo tiene que ser progresivo y respetuoso con el ritmo de cada cual. Para ello, lo ideal es poder llevar al niño a visitar su futuro colegio y a su maestra durante el mes de junio anterior al inicio del curso escolar. A veces, los centros de primer ciclo de Educación Infantil organizan visitas a los centros de segundo ciclo más cercanos o, si el centro imparte toda la etapa, recorren las instalaciones de los mayores para que los niños se familiaricen con el entorno escolar.
Por su parte, algunos colegios organizan un principio de curso escalonado a lo largo de los primeros días de septiembre y con horarios diferentes, para que los más pequeños puedan adaptarse sin que los mayores los molesten.
¿Qué hacer para que tu hijo se sienta seguro?
Pero, a pesar de todas las precauciones, es difícil lograr un primer día de cole sin llantos. Es un momento doloroso tanto para algunos niños… ¡como para su madre! ¿Qué hacer para aliviar esa pena del primer día de cole?
“Es el momento de sacar del bolso un objeto pequeño que le conecte con su hogar. Tu hijo lo guardará en el bolsillo y podrá tocarlo a lo largo del día”, contesta la doctora Michelle Rouyer, psiquiatra infantil.
También podemos tranquilizar al niño ayudándole a proyectarse en el futuro, diciéndole: “Vendré a buscarte después, iremos a comprar la merienda y luego volveremos a casa”. O explicarle que, cuando erais pequeños, papá y tú también ibais al colegio.
Laure Dumont
¿Cómo prepararse para el primer día de colegio?
La experiencia de empezar el cole es algo que a veces inquieta a los padres, que temen el momento de separarse de su hijo. Para vivir bien la separación desde el primer día, sigue los consejos de Sylvie Maillard, catedrática de las escuelas de formación del profesorado en Francia.
¿El ambiente del primer curso del segundo ciclo de Educación Infantil es muy diferente al de la guardería o al del primer ciclo?
Sylvie Maillard: Hay un cambio de escala real. En la guardería, hay más o menos un adulto por cada siete niños. En Educación Infantil uno por cada veinticinco.
En el primer curso de la escuela infantil, el niño tiene que buscar su lugar en el grupo y aprender a orientarse en un espacio mucho más grande, desde el aula hasta el patio de recreo, pasando por el comedor o el dormitorio.
Para los papás, que ya son “padres de alumnos”, el ritmo escolar implica una nueva organización, con horarios fijos que hay que respetar y periodos de tiempo extraescolar a organizar.
¿Cómo hay que preparar a un niño para su primer curso escolar?
S.M.: Creo que no hay que hablar demasiado de ello, ni demasiado pronto. A esta edad, los niños no son capaces de proyectarse en un futuro lejano.
En junio, se suele organizar una visita al colegio para las familias. Luego podemos abordar de nuevo el tema una semana antes de empezar el cole.
Es muy importante que los padres no se inquieten porque su hijo se haga sus necesidades encima. Algunos tienen accidentes en casa que no se reproducirán en el colegio. Si es necesario, se puede incluso aplazar el inicio del curso. ¡Pero nunca hay que vincular el aprendizaje del control de los esfínteres con el inicio de la escolaridad!
¿Qué consejos daría a los padres para que la separación vaya bien el día D?
S.M.: Sería bueno disponer de un poco de tiempo para acompañar a nuestro hijo. Antes de marcharnos del colegio, hay que despedirse de él: es una separación, no una desaparición. Eso provocaría un sentimiento de inseguridad en el niño.
Por otra parte, no hay que asustarse si el pequeño llora: no es un síntoma de angustia, sino de cariño hacia los padres.
¿Es útil llevar un peluche para ayudarle a superar el momento?
S.M.: Sí, ya que es un objeto transicional. En cuanto al chupete, es mejor no intentar que lo deje justo antes de empezar el colegio.
A principios de curso, se toleran los peluches, las mantitas y los chupetes. Más adelante, al cabo de un mes más o menos, los niños los dejan en casa por sí mismos. Podemos confiar en ellos y dejar que las cosas evolucionen solas, ¡les pedimos demasiadas cosas a la vez!
¿Cómo pueden participar los padres en la vida escolar?
S.M.: Para empezar, asistiendo a las reuniones de padres. Por lo demás, la participación varía mucho según los centros y las clases. Este curso, por ejemplo, los padres de mis alumnos han colaborado en un taller de iniciación a la informática de mi clase.
Declaraciones recogidas por Aurélie Djavadi
¿Qué se aprende en la Escuela Infantil?
Los retos del segundo ciclo de Educación Infantil: el lenguaje y la socialización. Durante dos años, en la Escuela Infantil, todos los aprendizajes se organizan en torno a dos pilares: el lenguaje y el aprendizaje de la vida en colectividad.
Los primeros aprendizajes
El segundo ciclo de Educación Infantil es una transición entre la familia y la Escuela Primaria. Esta socialización pasa por el descubrimiento y la aceptación de las reglas de la vida en colectividad: escuchar a la maestra y a los compañeros, no interrumpir, guardar silencio, escuchar y respetar las instrucciones y las normas de buena educación y convivencia…
Para algunos niños es un aprendizaje difícil, pero es inevitable, porque condiciona el resto de su escolaridad. El niño aprenderá sobre todo a utilizar la palabra para salir de sí mismo, para expresarse, para comunicar sus sentimientos y sus emociones a los adultos y a sus compañeros fuera del marco de confort de su familia, donde todos le entienden con facilidad.
Una pedagogía basada en el juego y la expresión oral
Los programas de segundo ciclo de Educación Infantil se organizan alrededor de cinco grandes áreas de actividad. Las dos primeras, “apropiarse del lenguaje y descubrir la escritura” y “convertirse en alumno”, son las dos áreas clave también llamadas “transversales” que dominan el resto de los aprendizajes. Las otras tres áreas giran en torno a actividades corporales y sensitivas: “actuar y expresarse con el cuerpo”, “descubrir el mundo” y “percibir, sentir, imaginar y crear”.
En esta etapa, la pedagogía está basada en el juego y en la expresión oral. El libro y el relato ocupan un lugar preponderante. Se cuentan muchos cuentos, se leen libros en voz alta, se aprende a formular las cosas. Poco a poco, el niño irá desarrollando su vocabulario y aprenderá a utilizar las palabras con más precisión para poder contar, a su vez, sus propias historias.
Es importante que en casa los padres colaboren en ese descubrimiento de la socialización y del lenguaje escuchando al niño, explicándole las palabras que no entiende, leyéndole cuentos y haciéndole entender que están de acuerdo con las reglas del colegio.
Laure Dumont
Las rutinas de la Escuela Infantil
En esta etapa escolar, las jornadas de tu hijo estarán marcadas por un calendario y unas rutinas que le permitirán integrarse en la vida colectiva y establecer referencias.
Una escuela del “rito”
Durante estos dos años de Escuela Infantil, las rutinas marcarán el ritmo escolar de tu hijo y centrarán la vida de su clase y, de modo más general, el del colegio.
Las rutinas son importantes porque integran al niño en la vida colectiva y le dan puntos de referencia. Se repiten cada día y organizan la jornada: recibir a los alumnos por la mañana, pasar lista, anunciar el día y la hora, hablar del tiempo, leer el cuento, etc.
Al ritmo de las estaciones y las fiestas
De forma más general, desde los primeros días de septiembre hasta el final del curso escolar, los días, los meses, las estaciones, las salidas escolares y las fiestas pautan la vida, las actividades y los aprendizajes de los alumnos.
Las cancioncillas que aprenden cuando caen las primeras hojas del otoño en el patio del colegio, las celebraciones y adornos navideños, el carnaval, la llegada de la primavera y la fiesta de fin de curso… Todos estos acontecimientos tienen una importancia considerable en la vida diaria de los alumnos. Para los profesores, son la ocasión para desarrollar los programas y desplegar toda su inventiva pedagógica.
Laure Dumont
Una mañana en 1.º de Educación Infantil (2.º ciclo)
¿Qué hacen los niños en la Escuela Infantil? Para saberlo, hemos acompañado a una clase de 1.º de Educación Infantil durante toda una mañana.
Llegada a clase
9 h: Después de colgar los abrigos, gorros, bufandas y mochilas en el perchero del pasillo, los niños entran en el aula.
Geneviève, la maestra, que es también la directora del colegio, ya está al pie del cañón: esta mañana, además de recibir a sus alumnos, tiene que ocuparse de un escape de agua en el servicio y estar pendiente de la llegada de una maestra sustituta.
Los niños se sientan en su sitio, en uno de los pequeños bancos cerca de la pizarra. “¿Tom, puedes ir a cerrar la puerta, por favor?”, pide la maestra. Luego llega el momento de pasar lista: hay tres ausentes.
Canciones y lectura de cuentos
9.15 h: Geneviève anuncia la fecha del día y recuerda a los niños que hoy, jueves, hay coral con el resto de los niños de la Escuela Infantil. Luego les canta algunas canciones y hace juegos con los dedos para poner a todos en marcha: no siempre es fácil contar o coordinar los movimientos, sobre todo porque algunos todavía no están muy despiertos.
Luego la maestra lee dos álbumes. Los niños siguen con atención el desarrollo de las historias que conocen bien, porque las han oído ya varias veces. Les encanta terminar las frases y anticipar el argumento.
Coral y preparación del espectáculo de final de curso
9.30 h: Es hora de acudir a la sala de actividades, situada en el edificio de los mayores, justo al lado. “Dad la mano a un compañero”, dice la maestra a los niños, que se ponen en fila de a dos para cruzar el patio. Poco a poco, las clases se reúnen. Hay más de un centenar de niños listos para cantar. Geneviève, que es la directora de orquesta, invita a la coral a despertar suavemente el cuerpo y la voz.
Eso supone hacer estiramientos, ejercicios de dicción, vocalizaciones y juegos vocales: unos chasquidos con la lengua y un ruido atronador invade toda la sala. Luego la coral canta varias canciones. La maestra recuerda a los aprendices de artista que hay que entrenarse para estar preparados para el espectáculo de fin de curso.
Fruta como tentempié
10.15 h: Después del esfuerzo, la recompensa. Los niños están de vuelta en su clase y toman un tentempié sentados en las mesas: manzanas y peras ya cortadas. Cada mañana, un niño diferente se encarga de traer la fruta para toda la clase.
Paso por el servicio
10.25 h: Una vez todos arremangados (lo que no es tarea fácil), ponen rumbo al servicio para hacer pis y lavarse las manos. Las niñas por un lado y los niños por otro. “A principios de curso -confiesa Geneviève- todo es complicado para los pequeños, especialmente ir al servicio. Pero al cabo de unas semanas, ya se apañan mucho mejor”. ¡Y es una alegre leonera!
Talleres y juegos de construcción
10.30 h: La maestra presenta los talleres. Los niños, repartidos en pequeños grupos, prueban las nuevas actividades: pintar, trazar líneas verticales, pegar gomets, manipular puzles o reproducir palabras con la ayuda de letras impresas en etiquetas. Los que ya han terminado, pasan a disfrutar de los juegos de construcción y de los cochecitos.
Hora del recreo
11.05: Rose, la auxiliar, ayuda a los niños a vestirse y luego los lleva al patio de recreo. “Es el momento de desahogarse –dice la maestra–. Mientras los niños corren en todas direcciones, las niñas juegan más tranquilamente, se cogen de la mano, hablan…
Algunos hacen rodar neumáticos, trepan por el tobogán… Geneviève, sola en medio del patio, los vigila a todos.
Localizar, clasificar, contar, recortar…
11.35 h: Vuelta a la clase para realizar otros talleres. Esta vez, se trata de aprender a reconocer los personajes de un libro, clasificar figuritas imantadas, contar fichas o manejar unas tijeras.
Para esta última operación, más delicada, los niños cuentan con la ayuda de Rose: “Cambian de mano a mitad de actividad, aún no tienen claro cuál escoger”, explica la auxiliar. La lateralización viene más tarde, con la escritura.
Escuchar cuentos
11.50 h: Los niños se agrupan alrededor de la maestra para escuchar más cuentos: No me llamo Bernardo y Raúl el temible. ¡Se los saben de memoria!
Comer en el comedor o en casa
12.00 h: Es la hora de comer. Algunos pequeños vuelven a casa, pero la mayor parte de la clase come en el comedor.
Después de pasar por el servicio, las monitoras recogen a los niños. Termina una mañana muy movida y, una vez finalizada la comida, se nota que todos cogen la siesta con muchas ganas.
Dosier realizado por Delphine Soury para la revista Picoti. Nuestro agradecimiento a los alumnos de la clase de Geneviève Le Roux y a la escuela du Blé en herbe de Plaisance-du-Touch.
Cómo es la vida en la escuela infantil
¿Quiénes son los interlocutores en la Escuela Infantil? ¿Estás preocupado por tu hijo que está en Educación Infantil? Acude a los interlocutores. Están allí para responderte.
La maestra o el maestro
El maestro de escuela es tu primer interlocutor para todo lo relacionado con la escolaridad de tu hijo. Su dedicación es de 37 horas y media semanales, 30 de ellas en el centro. Los docentes del segundo ciclo de Educación Infantil tienen la misma formación que los del primer ciclo.
La directora o el director del colegio
Depende de las comunidades autónomas. Es un docente que asume las funciones administrativas para garantizar la gestión y el funcionamiento cotidiano del colegio y las relaciones con el ayuntamiento y la comunidad autónoma. También es el responsable de las instalaciones, el material y la seguridad de los niños.
Además se ocupa de coordinar el equipo pedagógico y de la puesta en práctica del proyecto pedagógico. Asume el liderazgo y coordinación del equipo de profesores y el personal de administración y servicios.
Los Auxiliares de Educación Infantil
Predominan ampliamente las mujeres. Son interlocutoras muy valiosas entre las familias y la Escuela Infantil. Sus funciones son muy diversas. Durante las horas de clase, apoyan a los maestros, ayudando a los niños a preparar algunas actividades, como pintura o deporte, los llevan al servicio… En principio, su papel no es pedagógico, pero su contribución a la educación de los pequeños es incontestable.
El psicólogo educativo
La orientación psicoeducativa depende de los Equipos de Atención Temprana, que asesoran a los centros de Educación Infantil. Con respecto a los alumnos, estos profesionales colaboran en las necesidades globales e individuales, poniendo especial atención a la prevención, detección y evaluación psicopedagógica de alumnos con necesidades de apoyo educativo.
Laure Dumont
¿Es necesaria la siesta en la Educación Infantil?
Un niño que empieza el segundo ciclo de Educación Infantil necesita, de media, once horas de sueño. Para que duerma lo suficiente, es indispensable la siesta.
Jornadas agotadoras
Un niño de 3 años todavía necesita dormir entre once y doce horas al día. Aunque es una media, y varía mucho de un niño a otro, la siesta es absolutamente necesaria para algunos. Cuando empiezan el colegio, a veces los niños tiene que levantarse más temprano que antes y, sobre todo, el ritmo de su jornada es mucho más cansado.
Respetar el ritmo de los niños
En los centros de Educación Infantil las auxiliares vigilan a la hora de la siesta e intentan respetar en lo posible el ritmo de los niños. En general, los pequeños suelen dormir una hora, pero no se les despierta si necesitan más tiempo.
Un sentimiento de angustia
“Por desgracia, a menudo, los niños viven la siesta en el colegio con angustia –se lamenta la doctora Michelle Rouyer, psiquiatra infantil–. Algunos se sienten inseguros y desgraciados, porque no les dejan hacer ruido, no están en su cama y el entorno no está suficientemente personalizado. Durante las siesta, los niños deberían poder recuperar su territorio”.
Un refugio propio
¿Qué condiciones se tienen que dar para que cada niño tenga un territorio propio que le permita dormir tranquilamente con un sueño reparador durante la siesta?
Además de su peluche del colegio (cuya presencia adquiere aquí todo su sentido), también tiene que tener su propia cama, la misma cada día, con su almohada, su sábana y su manta. Es aconsejable que la cama esté apoyada contra una pared o un tabique móvil, que no esté en medio de la habitación. “No podemos acercarnos a los demás si no tenemos un refugio propio”, recuerda la doctora Rouyer.
Visita a las instalaciones
Es legítimo y recomendable que los padres soliciten visitar el dormitorio. Si la habitación no te parece bien adaptada para la siesta y para la creación de ese pequeño refugio individual indispensable para el niño, habla con los representantes escolares o el director del colegio.
Laure Dumont
¿Cómo puedo saber si mi hijo come bien en el colegio?
Los educadores no supervisan a los niños durante la comida, que es un tiempo extraescolar. De modo que no pueden informarte de cómo come tu hijo. Para saberlo, tienes que dirigirte a las auxiliares o el personal que se ocupa de él en el comedor.
Los maestros no supervisan la hora de la comida
Los docentes no están “de servicio” mientras los niños comen. Es inútil preguntar a la maestra si tu hijo ha comido bien a mediodía. No tiene ni idea, porque no está presente en el comedor.
La hora de comer es un tiempo “extraescolar” que tiene lugar bajo la responsabilidad del personal que interviene en ese momento. Muchas veces, las auxiliares participan en la organización y vigilancia del comedor. Los niños suelen valorar positivamente a este personal, formado para responsabilizarse de niños pequeños.
Los responsables del comedor pueden informarte sobre cómo come tu hijo. Si no es así, el director del colegio suele estar informado de lo que pasa a la hora de comer. Sobre todo si algún niño tiene un comportamiento inusual. De modo que si tu hijo no come o come poco al mediodía, sin duda te llegará la información.
Laure Dumont
10 consejos para ayudar al niño a entrar con buen pie en la Escuela Infantil
Son los primeros años de colegio de tu hijo y quieres ayudarle a aprovechar esta etapa tan especial de su escolaridad. Lucile Barberis, presidenta de la AGEEM* te ofrece 10 consejos para acompañarlo y apoyarlo.
1. Confía en los docentes, no añadas presión a la presión.
2. Concede tiempo a tu hijo: tiempo para no hacer nada, para chupetear la mantita, para soñar, para jugar… Porque en esos momentos se adquieren conocimientos importantes, sobre los cuales los docentes podrán construir aprendizajes sólidos.
3. Dialoga de forma habitual con los docentes, no solo una vez al año. Así sabrás cómo ayudar a tu hijo en casa intentando establecer un diálogo de confianza y no solo un diálogo de control. Gracias a ese diálogo, se creará una relación de confianza entre el niño, el docente y la familia, que es también una garantía fundamental de éxito.
4. Ayuda a tu hijo a concentrarse. Una de las condiciones para alcanzar los objetivos es precisamente ser capaz de concentrarse. Hoy en día, vemos muchos pequeños que no logran relajarse, que se pasan el día dando vueltas, que van de aquí para allá. Si quieres ayudar a tu hijo, anímale a quedarse sentado tranquilamente haciendo algo durante diez minutos.
5. Anima a tu hijo a que finalice una actividad, aunque sea pequeña. Porque es otra de las condiciones para lograr un objetivo.
6. Acompaña a tu hijo en el aprendizaje del lenguaje. Es sabido que un niño que domina el lenguaje, que tiene un vocabulario rico, aprende mejor a leer porque, para leer, hay que comprender el sentido de las palabras, no basta con saber descifrarlas. ¡Los padres pueden colaborar mucho en la adquisición del lenguaje!
7. Habla de las cosas cotidianas empleando un vocabulario rico y matizado (con adjetivos y adverbios).
8. No hables en lenguaje para bebés. Utiliza un lenguaje de verdad, construye frases, articula bien…
9. Cuando hables con tu hijo, utiliza un lenguaje estructurado (no dudes en pedirle que repita las cosas: “No he entendido lo que me has dicho, ¿puedes repetirlo?”) y no un lenguaje de connivencia que solo los padres entienden.
10. Léele libros o revistas.
* Association Générale des Enseignants des Écoles et classes Maternelles (Asociación General de Docentes de las Escuelas y Clases de Educación Infantil)
Lucile Barberis, declaraciones recogidas por Anne-Claire Beurthey.