De los 18 meses a los 2 años, el niño va tomando conciencia, poco a poco, de que el bebé que ve en el espejo es él. ¿Por qué es tan importante para la construcción de su identidad? Descubre la etapa “del espejo”, un momento clave para el desarrollo del pequeño.
¿Qué ocurre cuando el bebé se ve ante el espejo?
Desde las primeras semanas de vida, el bebé ya es consciente de que tiene un cuerpo que le pertenece, diferente del de los adultos que lo rodean. Pero el día que se reconoce en el espejo, vive una experiencia inédita. Por primera vez puede ver su cuerpo entero, incluida la cara, a la que no había tenido acceso hasta entonces. Es tan sorprendente que, al principio, puede incluso que tienda a apartar la vista de su reflejo. Esta etapa es importante, es la prueba de que progresa en la construcción de su identidad: a lo largo de los días y de todo lo vivido desde que nació, toma conciencia de que es una persona con todas las de la ley, con un cuerpo, una cara, unos deseos, unas emociones y unos pensamientos propios.
Más o menos al mismo tiempo (un poco antes o un poco después de los 2 años), empieza a darse cuenta de que los demás no siempre tienen los mismos deseos que él. Solo unos meses antes, estaba convencido de que a todo el mundo le encantaban los yogures de chocolate igual que a él. Ahora comprende que su papá o su mamá pueden preferir otro postre.
¿Podemos ayudar al bebé en esta etapa de su desarrollo?
El espejo es una herramienta magnífica para acompañar al niño pequeño en la construcción de su identidad y ayudarlo a convertirse en sí mismo. Por ejemplo, cuando lo llevas en brazos y os cruzáis con vuestros reflejos, puedes describir lo que ves: “Mira, somos nosotros, Benjamín y mamá”. O, para variar más el juego y evitar la repetición constante de la misma frase, puedes precisar más: “¡Anda, tengo una macha en el jersey!” o “¿Has visto? Tienes un mechón de pelo que te sale disparado”. Si le das un beso, le darás una pista adicional: mientras ve en el espejo cómo le tocas, nota tus labios tibios en su piel. Un día, eso hará que se encienda una lucecita en su cerebro y comprenderá que ese bebé adorable que recibe un beso… ¡es él!
También puedes verbalizar sus emociones en función de lo que expresa su cara en el reflejo del espejo: “¡Oh, hoy pareces muy contento (o muy enfadado)!”. Así le ayudarás a avanzar en el conocimiento de sí mismo y de la toma de conciencia de su pequeño “yo”.
¿Cómo tener la seguridad de que se reconoce en el espejo?
Para asegurarte de que realmente ha superado la etapa del reconocimiento en el espejo, haz una pequeña prueba. Dibújale una manchita en la punta de la nariz con un lápiz de labios. Un cuarto de hora después, colócalo delante del espejo. Si se frota la cara para intentar borrar la mancha, está claro: ha comprendido que el espejo le devuelve su propia imagen. Pero si intenta tocar la mancha en el espejo y no en su nariz, es que cree que se trata de otro niño. Tendrás que tener un poco de paciencia…
¿Cuándo se reconoce el bebé en las fotos?
Al poco tiempo, se reconocerá también en las fotos. Es un ejercicio un poco más difícil, porque un cliché fija una expresión suya con la que no tiene por qué estar familiarizado. Pero como a los niños de hoy los fotografían desde que nacen y desde todos los ángulos y están más acostumbrados a ver su imagen en foto, estas dos etapas –el reconocimiento en el espejo y en la foto– pueden darse a la vez.
Texto: Isabelle Gravillon. Ilustraciones: Sibylle Delacroix. Nuestro agradecimiento a Agnès Florin, catedrática de Psicología del desarrollo de la universidad de Nantes.